domingo, 4 de marzo de 2007

Poesía y miniTextos de Cristina Villanueva



Quemadura

El café ha escrito algo sobre el pecho
Una pequeña navaja de calor, fundó la asimetría
Dibujo, pájaro, mariposa, misterio.



Mientras la linea roja está por echarse a volar

El otro se queda entre los encajes

de
su
corpiño

como debe ser-

El que recibió el signo ha descubierto
un paraíso de gotas dulces

En ese cielo los bebés, los hombres
y también las mujeres
que ofrendan sus pechos al hambre de la vida tienen una sonrisa.
Sí, esa sonrisa.


Ella no era atea de maravillas

Ella frota la maravillosa lámpara. Surge un genio alto y fuerte que se tiendea su lado ,se expande para olvidar la estrechez en que estuvo guardado tantotiempo, la roza apenas de mil y una formas y le dice:"No te preocupes tantoen pensar los deseos, esta vez van a ser más de tres"




El jardín que lleva al duelo y a la salida

Estoy escuchando, con un cierto dolor, las ramas del Ficus que caen. Esas hojas que alguno en no se qué reunión me preguntaba si lustro, las que se plateaban en la noche. Uno está solo con lo que pierde, pero puede compartirlo .Uno además no sabe casi nunca la verdad de la tristeza, lo cierto es que es una herida en mi paisaje .Una punta de mirada se va en ellas ¿es por el árbol o por mi? Tendré más luz y pasto, aunque se perderá algo de selva indomable en un pedacito pequeño de ciudad. Recuerdo a Marisa de Giorgo con sus jardines locos. El jardinero me lleva hacia la cordura, pero lo que está, insiste, vuelve a aparecer. Quedan las rosas de altura desmesuradas, algo inadaptado no se domestica tan fácil. De todas formas entra la luz, el sol
¿hay que animarse a cortar para ver mejor? quizá pida hora en la peluquería, todo depende.

Palermo Viejo

Los árboles le ponen su hombro verde a Cortázar
que trepa ,fuma y sueña.
Detrás del Laberinto,
hay un Borges con ganas de Rayuela,
vidente de portones y de lunas de enfrente.

La magia de Palermo ,está en el aire,
en las mujeres que vienen y van a la utopía,
en las vecinas acostumbradas a cuidarlo todo,
y en el enigma que guardan los jardines.

La magia de Palermo está en la plaza,
la murga ,las calles desperezándose de jazmines,
y el gusto de mirar a la fogata
cantarle en tangos –rojos al cemento.

La magia de Palermo está en los jóvenes
que envueltos en las vueltas de la noche
rondan en espirales la mañana

La magia de Palermo está en resistir,
festejar el encuentro del diario y el café,
del sol con el domingo,
en la esquina de Borges y Cortázar
donde todo se cuenta......
Y la memoria perdida de algún patio,
ya se está apalabrando historias por venir.

Locura a pétalos...

Llegó y dijo, hoy no soy Ernesto, soy el pintor loco. Los girasoles que traía parecían irreales por lo desmesurados. Eran como soles abiertos al delirio, ventanas del insomnio. Elegí el más grande de una belleza casi despavorida. Mi amiga me susurró:-vos siempre enloqueciendo a los hombres -.
Me brillaban los ojos que entraban y salían del mar inabarcable .
El malecón era como el borde de un sueño.Tiempo después olvidamos la belleza casi subversiva de las flores en la guardia del hospital donde lo dejamos. Me ayudó a sobrellevar la situación, saber que en el neuropsiquiátrico de Cuba lo iban a tratar bien, pero por sobre todo, lo que me decían mis amigas desde siempre, "ya vas a encontrar otro", si vos “volvés locos a los hombres.”


Celia


Celia buscó llena de esperanzas
El camino que los sueños prometieron a sus ansias

Supo de la lucha cruel y mucha.
y
Llegó a Buenos Aires a vocearse con la vida.

Caminando por sus calles fue encontrando los amigos.

Fue encontrando, la viajera, tesoros en cada esquina.
Fue encontrándose con Celias tan distintas y tan sabias.

Tanto fue lo que ella dio con su gracia madrileña.

Que se lleva la viajera
Amigos, risas y charlas

Que no caben en la valija de regreso para España.

Se lo lleva en las manos, la mirada y seguro que en el alma.
Esperemos que en la Aduana no la paren por exceso de alegrías

Y que nunca se le olviden, y la abrace como a un tango

Esta cosecha de amores que se lleva de Argentina.


Cristina Villanueva
pluma@velocom.com.ar

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