sábado, 25 de agosto de 2007

Cristina Villanueva: Desde el jardín de invierno

LOS DOS SOLES

En el Sahara los hombres azules aceitan con risas el interior de sus
túnicas.
Los camellos beben te de menta ,mientras juegan al dominó.
En Bs As el sol negro, mordió la piel de la Plaza

y solamente fotocopias de caballos.



Apalabrada

Una niña perdida en el jardín de signos,
se abraza a las palabras y resiste
en el centro de lo que no se dice.

Piel

Frontera, textura, aduana, trama
Estrella de los órganos.
Guante, medias caladas por el desamparo.
Lujo, tacto, llamado.
Mórbida flor que se abre en labios que hablan y que no.
El frío, los colores, la lluvia se desmenuzan en los poros.
Busca suaves pelos, ásperas hojas, palabras.
Desmesura que avasalla lo inerte con su selva de imágenes.
En la cintura de la piel se doblan las estatuas.



AUSENCIA


Abrazo de voz
en tu pecho sonido
agua de luz la piel.
En el vértigo del origen,
Proa.


Después vino la mancha del dolor
ausente de testigo se quedó la memoria
el misterio del nunca, la tenaz lejanía.
¿eso será el exilio?


Y tanta lucha,
llamarada, furia
se perdió en la distancia crecida de la muerte.



No te guíes por lo obvio

Una chanchita linda coqueta y rosada deshojaba la margarita para saber si su cerdito la amaba. Contenta porque el resultado del horóscopo floral fue ”te quiere mucho”, pero enojada debido al dicho popular que le hacía tan engorroso encontrar margaritas.


Cristina Villanueva
pluma@velocom.com.ar

1 comentario:

La Máquina de Escribir dijo...

Siempre te lo dije pero insisto: tu escritura es muy recurrente. Lo de la chanchita me llegó de un modo imposible de expresarlo con palabras... tal vez si la sensibilidad tuviera palabras. Cariños,
Aníbal.