viernes, 26 de diciembre de 2008

Bibi Albert: Me falló. ¿Me falló?



Siempre tuve la creencia de que los años pares son los buenos.
Sustentada en que todo lo positivo de mi vida ocurrió
en años pares: los nacimientos de mis hijos, mis amores,
mis premios, mis viajes, mis festejos, mis grandes
acontecimientos y hasta -en general- las situaciones de país.

2008, mmmmmm... (Aunque es cierto que todavía no terminó
y que estoy esperando alguna que otra gran noticia
para antes de que cerremos diciembre.)

El balance no da mal.
Mi 2008 fue un año de entrañables reencuentros,
de ninguna pérdida irreparable, de afianzamiento
de afectos, y de trascendentes proyectos y logros artísticos.

Pero lo más visible es que fue un año de bajas,
de adioses vivos, de problemas físicos, de feroces sacudidas,
de poquísima productividad en lo económico,
de incertidumbre absoluta.

¿Me falló la creencia? ¿Debo darla de baja y buscarme otra?

Hace poco supe que no es cuestión de dar el primer paso
con el pie derecho sino de poner primero el pie izquierdo
para avanzar con el otro con mucha más fuerza y convicción.

El año que dejamos puede ser, desde ese punto de vista,
el mejor que nos haya tocado en suerte.
El que nos empujó a los grandes cambios.
El que nos obligó a tomar las decisiones que postergábamos.

Te deseo lo que me deseo. Que 2009 sea
todo eso para lo que el año par nos preparó el terreno.
El de basta de esperar el momento oportuno.
El de tirarse sin red a hacer lo que sentimos que vinimos a hacer.
Sin escudarnos tras el pesimismo generalizado. Sin excusas.

Todo está latiendo. Todo está preparándose.
¡Feliz año impar!

Con toda mi fe,
Bibi

Bibi Albert

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien dicho...que así sea...


Gabriela Abeal

silvia dijo...

Sumo todos mis deseos a que sea un año mejor para todos. Un saludo de

Silvia Loustau